For the Frog the Bell Tolls
Rana sobre campana y sobre campana rana
Estamos ante uno de los juegos más desconocidos de Nintendo, que salió en 1992 al inicio de la época de Game Boy y que nunca cruzó las fronteras hasta hace unos días, cuando salió a la luz una traducción hecha por fans. Con el nombre de Kaeru no Tame ni Kane wa Naru y conocido en la actualidad como For the Frog the Bell Tolls, se lanzaba un juego interesante, novedoso y con tintes épicos muy bien cuidados. Una obra original y cortita, ya que Game Boy no daba para tanto, pero funcional. También se le puede considerar el juego antecesor de Link’s Awakening, ya que la futura entrega de Zelda utilizó el mismo motor gráfico y estilo, de ahí a que tengan varias similitudes y a que Link’s Awakening sea tan raro. Y también se puede considerar una de las apuestas personales del gran Gunpei Yokoi, unos años antes de su desdichada muerte. De todas formas, nuestro objetivo de hoy será centrarnos en porque “la campana suena para las ranas”, que por cierto está inspirado en la novela de Ernest Hemingway: “For Whom the Bell Tolls”.
La historia nos lleva a un mundo muy lejano donde dos príncipes compiten por ver quien es el mejor: el protagonista (al que nombras tú, yo le puse Mike, solo caben 4 letras…) y Richard. Ambos son rivales y tienen unas cualidades muy similares salvo que Richard es mucho mejor en el arte de la espada que el otro, que siempre pierde contra él en los combates que entablan. Pronto recibirán una carta del reino de Mille-Feuille, donde se les informa que su querida princesa Tiramisú (buenísima) ha sido raptada por la Croakian Army (¡toma ya!) y que el reino corre un gran peligro. Los príncipes parten en barco, aunque por separado, porque Richard no quiere que su rival le moleste en su objetivo de conquistar el amor de su princesita. Sin embargo, nuestro protagonista se armará de valor y saldrá en busca de la princesa, porque él también quiere demostrar que puede ser un héroe.
Pronto, y tras llegar y sufrir un terremoto y atracos a mano armada, descubrimos que el malvado Tofu de Requesón Delarin, un villano con forma de serpiente, tiene presa a la princesa en su propio castillo, lleno de trampas y esbirros por doquier. Por desgracia, no podemos avanzar en el castillo y nuestro príncipe se lamenta de la misma forma que ve que no tiene habilidades para progresar ni luchar por la princesa. Solo le quedará buscar a su colega Richard para colaborar juntos, si es que quieren, en una historia donde las ranas y las serpientes importarán mucho y donde una campana ha dejado de sonar…
FTFTBT (siglas impronunciables del juego) es una mezcla de géneros bastante rara y que va cambiando constantemente sus reglas. En principio lo podemos denominar un juego de aventuras, al estilo de los Zelda clásicos, con elementos RPG. Mediante una vista al ojo de un halcón, podremos desplazar a nuestro personaje a la manera de Link’s Awakening. Cuando se acerque a un enemigo y lo toque, entablará un combate contra él. Son combates automáticos, es decir, el jugador no tendrá que hacer NADA ni pulsar algún botón para vencer, simplemente si eres más fuerte lo vences y si no siempre tienes la posibilidad de huir antes de perder toda tu vida que, al igual que en los Zelda, sale representada en forma de corazones. Son combates donde los turnos por atacar se van alternando, pero también se puede usar algunos objetos en tu turno para diferir el resultado del combate. Tras vences obtendrás dinero, algún objeto o un corazón para recuperar tu vitalidad.
En las ciudades podrás gastar tu dinero para comprar nuevos escudos con los que aumentar tu defensa, vino para recuperar corazones, y sierras y huevos y demás para avanzar por el mapamundi y por los puzles del juego. Y es que ahí está uno de los aspectos más particulares del juego: que cambia géneros constantemente. Al principio el action-RPG toma lugar en el juego, pero luego aparecerán las mazmorras, en las que nos moveremos como si estuviéramos en un plataformas, pulsando el botón A para saltar e ir avanzando por los numerosos obstáculos que hay. También hay muchos puzles, no tan complicados como en la serie Zelda, pero sí quebradizos y variados. A la manera de Zelda también tenemos una gran mazmorra al margen de todas en el centro del mapa, el castillo de Mille-Feuille, que contará con su propio croquis, llaves, etc. y que tendremos que visitar hasta en cuatro ocasiones.
Así puestos tenemos un juego parte de aventuras, parte RPG y parte de plataformas. Raro, pero funciona. La clave es que los va alternando sin que lleguen a cansar. En ese sentido, FTFTBT no es un gran ni muy vasto juego de aventuras, ni un RPG inspirado ni un plataformas muy novedoso, pero es su combinación lo que lo hace tan atractivo. Además, la historia no está nada mal para un juego de Game Boy (salió en 1992), sin mucho diálogo pero con muchas situaciones cómicas, novedosas y llamativas, con unos personajes muy atractivos como son la bruja Mandola (una engañabobos) o el Dr. Knit (un engañaneuronas, que ha hecho sus pinitos en Wario Land 4). Es corto pero adictivo y su historia va creciendo poco a poco sin grandes altibajos.
Además de la forma humana, en el juego se pueden adoptar otras dos formas animales: o bien una rana o bien una serpiente. Para transformarse en rana hay que caer al agua, los enemigos convencionales no serán rival para nuestra hiperactiva lengua, y de paso recuperaremos corazones si los derrotamos, lo que será muy fácil. En cambio, contra los tipos duros del juego no se puede hacer nada en este estado, simplemente perder de forma irremediable. Para transformarse en serpiente hay que comer un huevo del balneario, bastante baratos. En esta forma, las duras serpientes no podrán hacernos nada y también podremos pasar por recovecos estrechos. Es más, con los enemigos más blandos podremos envenenarlos para que se conviertan en bloques, para poder pasar por ellos o moverlos. El problema de ser serpiente es que saltar en esta forma es una quimera y una pesadilla ver como sube escaleras de una en una. Para quitarse cualquiera de las transformaciones habrá que comer una Fruta del Disfrute, que son lo más barato que puedes encontrarte en tiendas.
El desarrollo del juego recuerda a la estructura de un RPG. Es lineal, pero abierto al mismo tiempo, ya que tienes la posibilidad de ir a donde quieras, sin verte forzado a seguir la aventura por obligación. Iremos pasando ciudades, donde en cada una sucede algo trágico (como en un RPG) y por mazmorras para avanzar por nuevas zonas. No solo tendremos que buscar nuevos objetos para avanzar, también mejoras par aumentar los valores del personajes: extensiones de vida, aumentos de fuerza y también multiplicadores de ataques. No son muy difíciles de conseguir, pero es el único impedimento que hay para que el juego te resulte muy complicado o no. Y aunque pierdas volverás al hospital de la última ciudad visitada sin perder dinero ni nada, por lo que no es ningún problema perder o no.
El único problema que se le puede achacar al juego es que es cortísimo. Como mucho durará entre 4-5 horas, siendo generoso, y no tiene ni un solo secreto por descubrir tras acabar el juego. Ni uno, lo que nos deja con una rejugabilidad muy limitada. Y siendo algo duros también podemos decir que, al no despuntar en ningún género, puede hacerse algo repetitivo su planteamiento por ser tan simples en los géneros que toca. Pero tampoco es un problema mayor. El juego es bastante fácil y apenas tiene algunos momentos complicados; en cierta forma no pretende serlo: es una premisa rápida y efectiva y haberle añadido dificultad o niveles y puntos de experiencia le habría perjudicado, ya que es un juego rápido y directo. Aunque, si lo pensamos, al haber salido de los primeros juegos de la Game Boy ladrillo, tampoco se le podía haber pedido mucho más: no había ni hardware ni software para hacerlo.
For the Frog the Bell Tolls – The Prince Adventure
Como decía, FTFTBT utiliza el motor gráfico que luego adaptaría Link’s Awakening: un motor fluido, sin muchos detalles y con el desplazamiento por cuadrículas y también en perspectiva de plataforma. No hay mucho más al respecto, si acaso el clásico tono sepia que envuelve toda creación monocolor. El apartado sonoro es también bastante simple, pero tiene alguna melodía bastante buena entre otras demasiado simple, lo cual solo se puede atribuir a las capacidades de la consola portátil. Y en cuanto al tema del idioma, no debe suponeros un gran problema: es inglés, el texto es bastante sencillo de entender y no hay grandes complicaciones al respecto ni momentos que requiera un uso indiscriminado de la comprensión.
For the Frog the Bell Tolls es una miniobra, pero una resultona y muy completa a pesar de su aparente simpleza, de su apartado gráfico o de su escasa duración. Su peculiar estilo e historia, muy atractiva, causa estragos en el jugador simplemente por su encanto. Como mezcla de géneros llama la atención y no aburre, cambia. Y como obra que Nintendo no ha sacado de Japón, da pena verlo así. Menos mal que con esa traducción de los fans podréis probarlo, siempre y cuando lo hagáis por vuestra cuenta. Un clásico que perdurará en la mente del jugador durante mucho tiempo.
21 años, Valencia. Soy el jefe del blog, consumado ególatra que pone nombre a su propia web. En mis artículos busco la “esencia de los videojuegos”, aquello que los hace únicos e inimitables. A veces meto pullitas y chorradas varias para llamar la atención.
-> Géneros predilectos: plataformas, puzle, RPGs.
-> Evitar preferentemente: shooters, Final Fantasy, juegos de terror.
