Wii se va
Si en marzo hablamos del inevitable fin de la gran Nintendo DS, ahora podemos hablar sin peros del fin del experimento Wii. Una consola que lo ha cambiado todo para bien y para mal, y que desde hace ya unos cuantos meses venía avisando de su brutal abandono por parte de las third party, estando sola Nintendo moviendo la consola. Es cuanto menos triste en una consola que es la más vendida de esta generación -por mucho detractor que no la coloque en la misma balanza que las otras dos- y que había promovido una revolución por detrás para que se animasen los desarrolladores; nada más lejos de la realidad los ha auyentado de muy mala manera y la deja con solo un Inazuma Eleven arcade en el horizonte más cercano… eso y Dragon Quest X. Online.
Repasemos los antecedentes: Revolution como tal fue anunciada en el 2004 y cambiado su nombre final a Wii tras su presentación en el TGS 2005. La idea la conocemos de sobra: todo por los controles por movimiento que, supuestamente, iban a cambiar y mejorar de forma exponencial nuestra forma de jugar. La potencia gráfica dejó de ser el centro de atención de Kioto pasando a ser solo un poquito por encima de Game Cube y así mismo, proponer una duda metódica en los desarrolladores: puedes desarrollar para una plataforma más cara pero posiblemente más rentable, o puedes seguir haciendo tus trabajos de PS2/Xbox/GC en Wii con el mismo coste de desarrollo, menor que el de la competencia. Esta es la hoja de ruta que Nintendo preparaba con su nueva consola a la que adornó con 2 minijuegos llamados Wii Sports y Wii Play y preparaba algunas entregas nuevas de sus series predilectas (Metroid, Mario, Pokémon) más la llegada de Twilight Princess de parte de GC (el último gran Zelda en mi opinión).
En Nintendo no se esperaban un éxito tan masivo de Wii ni por asomo, unos 2 millones de unidades de la consola se lanzaron en ¡plena época navideña! ¡Y a nivel mundial! Son ya famosos los episodios de tenderetes vacíos ante la escasez de la consola y que no se solucionaron hasta bien tarde. 2 millones para una salida navideña… sí… digo esto porque al año siguiente eso es lo que vendió solo en EE.UU., así que ya eran indicios de que el efecto Wii había pegado fuerte en el espectador ocasional que mira los anuncios de la tele y se encuentran: “¿Qué puede hacer el mando de Wii?” y veían parafernalias de movimientos de todo tipo que ahora recibirían una segunda interpretación por parte de los jugones, porque hasta muchos de ellos nos habíamos entusiasmado al respecto, no lo nieguen. Además, el precio económico de 250€ era muy atractivo a postre de la carísima competencia (400-600€). No habían exclusivas, sino una gran exclusividad en forma de una nueva forma de jugar, claro que había un truco y es que estos movimientos provocaban muchos errores jugables al respecto haciendo de algunas experiencas muy enfangosas (especialmente en movimientos muy pronunciados y enérgicos), esto fácilmente obviable en la salida de una consola aunque perjudicial a largo plazo.
Wii le debe mucho al espectador casual. Muchísimo, porque sus propuestas jugonas no terminaban de convencer al personal, donde las compañías no sabían o no querían encontrar formas interesantes de jugar con el mando de Wii. Así puestos, de la hornada inicial de juegos muchos eran ports de juegos PS2 con adaptaciones a los nuevos controles, y otros tipo Red Steel decepcionaron a todo el mundo. Sin embargo hubo un problema mayor al respecto y es que los proyectos más ambiciosos no parecían ser rentables en la consola, porque no vendían y no justificaban la inversión hecha. En primera estancia se interpretó como “Wii no vale para juegos maduros”, pero luego mutó a un “Wii no está pensada para el público jugón”. Ubisoft tenía otra interpretación diciendo que “trabajaban para Wii para poder trabajar en PS3/360″. Algo que por desgracia evolucionó con el dogma casual a “sacamos morralla en Wii para poder trabajar en PS3/360″. A medida que la moda DLC se extendía y los costes de desarrollo bajaban (en principio, luego volvieron a dispararse a causa de la superespecialización gráfica del mundillo), Wii fue siendo abandonada, no los sucesivos motines para ganar dinero con ella.
Nintendo pasado 2006 y en pleno 2007 miraba tranquilamente como sus dos consolas en el mercado estaban teniendo un éxito tremebundo y consideró cual era la razón de tal éxito: efectivamente lo era el público casual. Esto no quiere decir que Wii o DS no tuviera público jugón, porque lo hubo y un buen pedazo de ello les corresponde, pero se había descubierto una bomba a reacción que hasta ahora solo se vendía esporádicamente cada X años con cosas como Tetris, Pokémon, Singstar y etcétera. El público casual llegó para quedarse, y en Nintendo intentaron aprovecharlo siguiendo la serie económica Wii (insertar título) y otros títulos como Animal Crossing o Mario Kart Wii que han vendido millonadas, auténticas barbaridades. Franquicias establecidas para masas nuevas de jugadores. Todo un negocio. En Nintendo consideraron ese el futuro, pero llegaron a descuidar por momentos al público más tradicional con numerosas sequías de lanzamientos importantes en la consola. Al final miras el catálogo y está bien, pero miras el catálogo de DS y te da la sensación de que se ha desperdiciado una oportunidad única de hacer algo muy grande.
Ahora, ¿porqué todo esto solo ha cundido 3 años, 4 siendo generosos? Tras la controversia del status quo de la consola propia, hubo una escisión entre aquellos jugones que apoyaron a Wii y otros que renegaron de ella. Incluso miran arriba a sus creadores con odio, aquellos que vivieron su niñez y la dejaron a un lado para vivir otras experiencias. Nintendo nunca pudo recuperar ese público perdido y en ocasiones pareció darles la razón. Llegó Natal y Move, porque Sony y Microsoft no se iban a quedar de brazos cruzados viendo como emanaba la fuente de oro solo para un lado. Wii perdió simbólicamente su exclusividad distintiva y perdió ventas, apoyada por los hipergráficos de sus rivales, los juegos además se iban para allí viendo que el público PS3-360 era más amplio y rentable (70€, DLC, online pass, etc.) sobretodo viendo que en la blanca la infraestructura online era meramente anecdótica. Nintendo se quedó sola moviendo la consola. Y contra eso no se podía hacer nada esta vez, así que cumpliendo el ciclo de 5-6 años de consola habitual, estas navidades saldrá Wii U, creando otra escisión más entre sus jugadores.
Pero no es el caso de mirar al futuro sino al pasado, y ver qué ha dejado Wii durante todos estos años. Han dejado por un lado los peculiares Mii, los avatares de Nintendo que luego fueron llevados a otras consolas de la misma; han dejado un servicio online mejorable, han confirmado que los controles por movimiento están para quedarse (otra cosa es su aceptación), que no puede descuidarse ningún tipo de público y que han dejado software de todo tipo. Como siempre, lo mejor que puede rescatarse de cada generación, los juegos punteros de Wii destacaron por dejar a un lado los polémicos movimientos o dejado solo un uso funcional y práctico de ellos, teniendo el protagonismo el mando de Wii en horizontal (a lo NES) o combinado con el Nunchuk para el brazo izquierdo, que a mi gusto ha cumplido sobradamente su utilidad. De otros trastos como el Motion Plus o la Balance Board no será necesario hablar.
Por un lado Wii ha sido la consola que ha visto una regeneración de los plataformas, ese género defestrado que había llegado a su fin para algún listillo periolisto (si es que lo dice el nombre, perio-listo) y con Nintendo por detrás haciendo lo que mejor sabe: dominar el género rey y del REY en mayúsculas. Mario ha tenido como de costumbre un protagonismo excepcional, pero esta vez se había alcanzado el techo universal con los dos Super Mario Galaxy, dos joyas maestras del entretenimiento reducidas a su máxima expresión: simpleza, variedad, desafío. Además, contó con una nueva entrega 2D (New Super Mario Bros. Wii) que no será tan bueno como los demás pero que impulso una moda multijugador cooperativa en la consola. Donkey Kong Country Returns aportó otra visión necesaria del género, Wario Land renacía con The Shake Dimension, Kirby volvió a la sobremesa con dos entregas: una poco convencional y encantadora (Epic Yarn) y otra más tradicional (Return to Dreamland) y más, hasta las third se animaron un poquito con, por ejemplo, Rayman Origins o A Boy and his Blob. Todos ellos 2D en un claro aviso económico para el desarrollador. A destacar también de Blob (el primero) y el remake de Klonoa.
Luego no se puede decir que Wii haya explotado ningún género en concreto en demasía, pero ha tenido de todo. El género RPG por ejemplo apenas ha visto una franca en su vida con esta consola, pero Xenoblade es un auténtico juegazo, dejando The Last Story, Super Paper Mario, Monster Hunter 3 o Pandora’s Tower a un segundo nivel. Han salido también chuters del montón, pero extrañamente nadie ha podido superar a Metroid Prime 3 desde su salida en 2007, aunque no se queda atrás Sin and Punishment: Successor of the Skies. Samus se vió luego en un aguachirri muy esperado que ha provocado su desaparición del mundillo. A nivel de aventuras los Zelda siempre son una buena visita que mirar (uno más que el otro), pero si acaso tienes Okami o el sorprendente Zack y Wiki. A nivel de acción, destacar a los dos No More Heroes, Madworld, Batallion Wars 2 o Muramasa. En lucha una joya como Smash Bros Brawl y un tal Tatsunoko vs Capcom, un juego de lucha de estos mismos que… ¡no tenía DLCs! ¡Y tenía a Mega Man! Para echarse a temblar, como algunos juegos de terror: dos Resident Evil (y un port de RE4) + remakes de entregas viejas, un Silent Hill (Shattered Memories) o un Dead Space exclusivo (Extraction). También los modelos de Imagina ser Modista.
En estrategia Little King’s Story (¡vámonos a Paquirrinlandia!), Fire Emblem y muy poquito más. En plano deportivo se ha visto un desprecio absoluto de la consola con títulos de corte menor en la consola o con estética infantil, como si Wii viviera exclusivamente de ello. Afortunadamente otra forma de entender el género se vio con el renacer de EL juego de boxeo (Punch-Out!!) o el loquísimo NBA Jam, porteado luego a PS3/360. A nivel arcade la serie Bit.Trip se ha ganado el cielo con 6 entregas WiiWare únicas y sorprendentes pero difíciles (una tortura, pero por eso se le quiere) y también los Boom Blox, publicitados como juegos de Steven Spielberg; su polémico diseño le restó seguidores. En el mundo de la conducción Wii ha ido muy escasa: Mario Kart Wii lejos de la calidad de otras entregas y luego Excite Truck / Bots. El servicio digital WiiWare cumplió bastante bien su restricción de 40MB y se han visto juegos como World of Goo, Cave Story, Mega Man 9-10, Art of Balance, Hydroventure, Maboshi, And Yet It Moves, Icarian / NyxQuest (made in Spain), los dos Lost Winds, la serie Art Style, Toki Tori, Castlevania / Contra ReBirth y en el futuro Retro City Rampage. Hay más, pero dejamos ahí los más destacados. Se podría decir que Wii ha buscado el tener y buscar diferentes formas de juego y experiencias como DS, aunque no con tanta efectividad. Eso sí, se han visto pequeñas delicias como los dos Endless Ocean por el camino o los Trauma Center / Team de Atlus.
Si han habido dos géneros prolíficos en la consola han sido condicionados por el público target: el género musical y el resurgir de los minijuegos. El primero ha tenido muchos referentes en la consola que van de Rock Band, Guitar Hero, Just Dance y… bueno, sus tropecientos millones de entregas y precios desvariados. Mejor coge Rhythm Paradise Wii y a tomar por saco lo demás. Por otro lado los minijuegos han sido la excusa barata de todas las compañías para llevar a cabo su recogida de impuestos y donaciones desinteresadas para sus hipergráficos; prácticamente ni una se puede librar de haber llevado esta política a cabo. Mezclado con el anterior, estos dos géneros han sido clonados y explotados hasta la saciedad (¡Zumba!) dejando una imagen exterior de la consola pésima, y al género que pertenecen prácticamente le han quitado su carácter y honradez a nivel global, fomentando un odio cancerígeno argumentando cosas como “estos géneros ya no molan y su inclusión aquí denota las carencias de la consola” y tal. Es lo que se lleva, pero bueno, no quita luego que haya juegos interesantes como WarioWare: Smooth Moves, Wii Party, Go Vacation, Distrito Fortuna o los propios Wii Sports y Resort, que siempre merecen una aproximación e interés y pueden brindar algún momento entretenido. Es esta su finalidad, quizá la de los videojuegos. Y pueden hacerlo conseguir.
En fin. No deja de ser curioso como va a despedirse Wii al final de su vida: en occidente esperamos la trifecta-RPG del año pasado japonés mientras allí llevaba mucho mucho tiempo sin ver nada interesante… y queda por otro lado un bombazo llamado Dragon Quest X. Se las promete para ser el gran RPG de Wii e impulsor de sus ventas, pero llega muy tarde y encima lo han transformado en un MMORPG online en una consola donde no se ha visto nada parecido ni, que se sepa, ha podido funcionar, más con suscripciones de pago y requisitos como USB de 16GB mínimo. Japón puede implosionar como de costumbre, pero también da la sensación de haber echado atrás a una buena cantidad de seguidores de la serie más mediática y nacional del país. Un juego que no veremos por aquí en dos años como poco.
Entonces, ¿qué pensar de Wii? Ha sido una consola diferente, la más vendida pero también un experimento fallido, una oportunidad desperdiciada. Eso no quita que dentro haya cantidad, identidad y grandes juegos a mares, sino que ha dado a entender otra forma de ver los videojuegos en el futuro. Esta generación no se puede entender solo con Wii o solo con PS3/360: ha abierto varias formas de entender los videojuegos y cuestionarse su identidad, ha dejado marcado el posicionamiento de la gente conforme qué tipos de juegos y qué se demanda a los desarrolladores, y ha dejado marcada también la actuación de estos, que también buscan contentar otro tipo de público llevando desastres a su paso (véase Skyward Sword, o fuera de la consola Ninja Gaiden 3). Nintendo seguirá este camino en la próxima generación, pero las dudas planteadas con Wii no se han despejado, sino que se acrecentan. Habrá que ver como les sale la jugada esta vez, de momento esperan vender 4 millones de Wii U antes de que acabe el año. Lo dicho, a ver como les sale.