Experiencias musicales 42
Vuelve un domingo más la sección que nunca falla. Tres nuevas experiencias musicales del mundo de los videojuegos. En este caso, son tres melodías que trasmiten mucho, que consiguen el objetivo propuesto de manera muy satisfactoria. Brillantes.
Wild Arms – Intro
Puro y verdadero amor. Introducciones así hacen que quieras poner el juego una y otra vez, más allá de que éste sea más o menos memorable (algún día tendrá su análisis… quizá). Wild Arms pertenece al grupo de RPGs que salieron en PlayStation antes que Final Fantasy VII, y que fueron cruelmente eclipsados por Cloud y su pandilla. La introducción, tanto música como animación, casa perfectamente con el estilo y la ambientación del juego: un poquito mágica-futurista, un poquito salvaje oeste, y un poquito rollo Casa de la pradera. Da igual, lo mejor del juego son los puzles.
Henry Hatsworth en la aventura rompecabezas – Banson’s Aria
Tras esta trascendental y apasionada aria se esconde uno de los momentos más divertidos e inolvidables que he vivido en mi Nintendo DS. El juego que protagoniza el pintoresco caballerete inglés tiene buenas e interesantes melodías, pero si destaca por algo es por su gran jugabilidad (mezcla de puzles y plataformas de acción) y por su sentido del humor. Precisamente buen humor es lo que rezuma en la surrealista batalla contra Lance Banson, un mujeriego cantante de ópera que no desea luchar contra Henry, puesto que los verdaderos hombres… se enfrentan cantando. Mientras suena este tema de fondo, un musculoso tenor con el pelo por los hombros y la camisa abierta te ataca lanzando corazones con la hebilla de su cinturón. ¿No es alucinante?
Banjo-Kazooie – Bubblegloop Swamp
Acabamos con juego con el que es imposible fallar: todas sus melodías son sobresalientes, y adecuadas a la ambientación de cada uno de los diez niveles, que por otra parte tienen un diseño soberbio. Ahh… la Rare de antaño. Banjo-Kazooie copia sin rubor alguno la mecánica plataformera de Super Mario 64, y puede hacerlo porque el juego es capaz de brillar por sí mismo. No destaco esta melodía en especial sobre las otras, puede que incluso no sea ni de las mejores, pero me gusta. Jamás había oído algo que encaje tan bien en un nivel de pantano y que a la vez diera tan buena armonía. Fue compuesta por Grant Kirkhope, un compositor nunca suficientemente reconocido, y que lleva bastante tiempo sin un trabajo a la altura. Te seguimos esperando Grant.
Y ya está. Por hoy ya son suficientes emociones. La semana que viene Sergio traerá una nueva selección de experiencias musicales con temas tan buenos (o casi) como éstos.