Chu Chu Rocket
Ratón que te pilla el gato, ratón que te va a pillar
* Las imágenes del artículo corresponden a la versión de Game Boy Advance del juego
Pobre Sega… Que conste que un servidor no vivió de cerca la decadencia y caída de la compañía nipona hasta que dejó de hacer hardware, porque nunca tuvo ni por su alrededor una consola de Sega (¡golfo! ¡sinvergüenza! ¡caraculo! ¡soplagaitas!), pero vamos a tratar de ponernos en la situación de la época para hablar de uno de los juegos más cuquis del planeta. [modo melodrama-FF ON] ¡Pobre Sega! ¡Qué injusto trato ha recibido durante los años y cuan bajo ha caído por culpa de las desarrolladoras, que no trabajaron en Dreamcast. Y eso que era una consola revolucionaria y sin parangón, con todo tipo de títulos y nuevas franquicias. ¿Cómo pudieron ignorar entre ellas un juego como Chu Chu Rocket? ¿Por qué la gente es tan ignorante? [modo melodrama-FF OFF] Ejem, vamos al grano.
Chu Chu Rocket es un juego desarrollado por el Team Sonic de Sega, el mismo que trabaja en las entregas del puercoespín azul. En este caso hablamos de un juego de corte menor que tuvo ocupado solo a solo una parte del personal y de implicaciones menores… pero contrariamente a las previsiones, es un juego con un poco de alma en su interior, entretenido y para todos los públicos. Sin ninguna trama argumental de antemano, la premisa básica está en el clásico enfrentamiento fraticida entre ratones y gatos: los primeros huyen despavoridamente mientras los segundos tratan de comérselos. Al menos en Chu Chu Rocket, los ratones tendrán la oportunidad de salvarse del exterminio al meterlos en cohetes que los dispararán hacia el cielo, libres de cualquier depredador felino. Nuestra misión es ayudarles para encontrar el camino.
Aunque Chu Chu Rocket tiene varios modos de juego desde el inicio y ninguno catalogado como “principal” en sí, hablaremos primero del modo Puzzle. En un tablero cuadriculado de 12×10 casillas tendremos ratones, gatos y cohetes, representados en forma de pequeños círculos estos últimos. El objetivo del juego es meter a todos los ratones en los cohetes -independientemente de que lo hagan en uno u en otro- procurando que los gatos no se crucen en su camino (porque se los comerían) ni alcancen un solo cohete (porque se los comerían, los cohetes también). No debe quedar ningún ratón en la superficie del tablero, todos deben estar en los cohetes para completar el nivel. No hay límite de tiempo.
Tom y Jerry se mueven automáticamente, más rápidos los segundos que los primeros. Para hacer que se muevan en la dirección deseada, antes habrá que colocar en modo Pausa unas baldosas 4-direcciones que señalan el camino que realizarán los seres vivos al pisarlas. En el modo Puzzle la cantidad de baldosas que se pueden poner es limitada, buscando un acto estratégico que el jugador debe deliberar concienzudamente antes de darle al botón de Acción, donde no podrá modificar el escenario mientras queden descongelados los elementos en escena. Por lo tanto, estamos ante un juego que busca un ejercicio de anticipación e imaginación por parte de los jugadores para pronosticar el qué sucederá, el devenir del universo reducido a un pequeño puzle. Posteriormente se añadirían nuevos elementos como los hoyos o tácticas para evitar que los gatos se muevan empleando las baldosas como “escudo”, pero ningún elemento más desequilibrante para el juego.
Durante la versión original de Dreamcast solo habían 25×4 niveles, una cantidad verdaderamente escasa vista lo poca cosa que es la idea principal… pero paradójicamente el juego se hizo muy famoso por su contenido online y por la enorme cantidad de niveles creados por los usuarios gracias al simple editor que tiene el juego, por lo que se extendió la vida útil del juego de forma exponencial dentro de las limitaciones comerciales de Dreamcast. Independientemente de ello, para la versión GBA se recogieron la friolera de 2500 niveles con un gran grado de dificultad a sus espaldas para complementar los niveles principales del juego, mientras que en la versión iOS / Android contiene 500 niveles pero no tiene editor, por lo que es un verdadero lastre a sus espaldas. Quizá la gracia de Chu Chu Rocket está en lo realmente complicado que puede llegar a ser colocar las flechas en los sitios determinados que requiere la solución del puzle, especialmente cuando has de colocar más de 1 flecha y sobretodo cuanto tienes que llegar a colocar hasta 16… entonces el juego se convierte en una verdadera locura de dificultad.
Pero ojo, vamos a ponernos serios con Chu Chu Rocket: no es ninguna maravilla. Aunque la idea es original e interesante, el juego apenas incluye nuevos elementos suficientes para ampliar el espectro de niveles y su variedad, va repitiendo incesantemente el mismo esquema y es relativamente sencillo que aburra. Podríamos compararlo con el pequeñín puzle de Game Boy Catrap, donde la propuesta era muy sencilla pero se ejecutaba con una curva de dificultad muy interesante. Lamentablemente en Chu Chu Rocket la progresión es muy dispersa y ensombrece el producto final, al ser estar bastante desperdigadas las buenas ideas del juego y al repetirse demasiado en varios niveles. Así mismo, en algún punto podría llegar a considerarse rídiculo el imaginar una ruta de viaje con 16 baldosas en algunos casos, que puede llegar a ser obsceno de recrear en cabeza.
Eso sobre la base, porque afortunadamente Chu Chu Rocket tenía más modos de juego en su haber, y se sostenía bajo las posibilidades online de Dreamcast, que obviamente no pudieron implementarse bien en Game Boy Advance pese al uso de los Cables Link. En el modo multijugador básico de combate, los jugadores se encontrarán con unos puntos especiales que crearán ratones y gatos al azar. Entre jugadores deben ir colocando flechas para que dichos ratones vayan a parar al cohete de su respectivo color, pero a la vez evitar que los gatos lleguen al mismo sitio. La cantidad de baldosas es infinita y cada X tiempo van desapareciendo, por lo que los jugadores deben darse prisa e ir improvisando su camino hacia la gloria, pulsando cualquiera de los botones para poner las flechas en cualquier dirección.
En las tres versiones hablamos de controles al principio incómodos, inseguros y con un gran riesgo de equivocarse por parte de los jugadores por la simple idea de que no quedan asignados los controles a las propias direcciones… pero también quizá la propuesta no tenga mucho sentido, ya que resulta realmente imposible improvisar una ruta entre el caos de 4 jugadores y salir favorecido; el factor suerte tiene demasiado peso en la ejecución del sistema. CCR entonces necesita un poco de orden para aportar enfrentamientos directos, entretenidos y lógicos bajo su estructura, y a cuantos menos jugadores haya en el escenario, mejor. Este modo también puede afrontarse en modo cooperativo en combates de 2×2, por lo que quizá estemos hablando de la mejor forma de jugar aquí presente.
Por último está el modo Stage Challenge, que mezcla un poco las dos vertientes que hemos descrito hasta ahora. El objetivo será el mismo que en el modo Puzle: llevar a todos los ratones hacia el cohete evitando los gatos y cualquier desgracia ratonera (¿lo pillas? RATON-era. JAJAJAJAJAJAJA); pero la principal diferencia estará en que adopta los controles del modo Multijugador, elimina el modo Pausa y convierte el juego en una cuenta atrás para llevar a los polluelos al nido. El límite de baldosas es infinito, pero el tiempo no, así que la prisa apremia y se convierte en el desafío más interesante de todo el juego. Así habrán desafíos en los que debes llevar todos los ratones a la meta, evitar a los gatos o enviar una cantidad determinada de ellos hacia la meta mientras se generan automáticamente.
Pero es precisamente en este modo Stage Challenge donde se aprecian los únicos vestigios de cambio en Chu Chu Rocket incluyendo dos tipos de niveles absolutamente contrarios a lo habitual. El primero consiste en… dar de comer a los gatos, procurando que se zampen hasta el último ratoncito del escenario. Pero más sorprendente es el otro tipo de nivel, llamado “Cat Soccer”. Desde un punto medio se generan gatos y los contrincantes deben colocar baldosas para que se estampen en los cohetes del rival, a la vez que evitan que ocurra en los suyos. Los cohetes están en una posición simétricamente inversa a la de tu rival, así que se crea un pequeño aroma de competición realmente agradable durante el juego. Por cierto, el editor del juego también permite crear niveles Stage Challenge a partir de estas normas.
En el apartado gráfico vemos un juego no muy notable tanto para las características de Dreamcast como para GBA. Colores planos, poca definición y detalle, nos quedamos en la búsqueda de menús cuquis y animaciones muy simplonas; con un diseño bastante exagerado y abstracto de tanto ratones y gatos. Por un lado se comprende, ya que el juego necesitaría fluidez en el modo online y capacidad para mover una enorme cantidad de elementos en pantalla (tantos como dan el tablero), pero quizá se podría haber sido más ambicioso en la presentación. El apartado sonoro se basa en melodías de computadora, con un sonido informático y un intervalo de loop realmente escaso. Los acordes son muy graciosos, pero pueden llegar a ser muy cansinos por la rapidez con la que se repiten en los menús (hay melodías de 5 segundos directamente). Sobre duración y dificultad: dependerá mucho de cuanto vayáis a exprimir el juego y si de verdad serás capaz de acabar hasta los 2500 niveles.
Obviamente Chu Chu Rockey es un juego especial y tiene una ejecución muy particular… pero le falta algo. Igual es solo el vestigio de los tiempos pasados de Sega, igual es un diseño estructural y de diseño más inspirado, con una mayor variedad de niveles y elementos en pantalla. Falta amor para desvivirse por este juego, por querer explotar todo el contenido del mismo, que no es poco, pero que no atrae por la novedad de su dinámica. Quizá en una futura secuela se hubiera mejorado la propuesta inicial, pero Chu Chu Rocket parece solo un recuerdo del pasado que la versión iOS no puede maquillar. Quién sabe si lo volveremos a ver, pero resulta muy poco probable…
Había que aprovechar el único artwork del juego
21 años, Valencia. Soy el jefe del blog, consumado ególatra que pone nombre a su propia web. En mis artículos busco la “esencia de los videojuegos”, aquello que los hace únicos e inimitables. A veces meto pullitas y chorradas varias para llamar la atención.
-> Géneros predilectos: plataformas, puzle, RPGs.
-> Evitar preferentemente: shooters, Final Fantasy, juegos de terror.
